"Dime como escribes y te diré cómo eres"
Hay algo que previamente se debe tener en cuenta. Y es la estrecha conexión entre lo físico y lo mental. Hay una inseparable correlación entre nuestra actividad psíquica y la física.
Veamos el ejemplo del miedo. Si no somos capaces de dominar este sentimiento, una serie de pensamientos desordenados fluyen de nosotros llevándonos en sentido inverso, al camino que debiéramos seguir para nuestra seguridad.
El hombre tranquilo, dueño de sí mismo, será capaz de dominar la situación ante momentos difíciles de temor.
¿Y la cólera? Cuantas personas montan en cólera por motivos injustificados, crispándose, elevando el tono de voz y moviendo exageradamente los brazos y manos, mostrando con amenaza sus puños.
La tristeza, otro ejemplo. La persona afligida muestra la arruga que cae de sus labios. Los párpados le tiemblan. A veces es difícil dominar las lágrimas.
La impaciencia se traduce en movimientos causados por la desesperación en la espera. Cuanto más ansiosa es, más desordenados son los movimientos. Veamos al impaciente que espera desde hace una hora sentado en la mesa de un bar tamborileando con los dedos. O al que camina de arriba abajo sin cesar, consultando repetidamente su reloj.
Todo ello son ejemplos de la estrecha relación entre lo psíquico y lo físico.
Esta estrecha relación afecta también a nuestra forma de escribir.
La escritura revela claramente la forma de ser de las personas a través del conjunto de rasgos gráficos que emiten.
La ciencia que por medio del análisis de esta escritura llega al comportamiento humano es lo que se llama Grafología.
Al escribir, el hombre pone en acción importantes centros nerviosos, la visión, el lenguaje articulado, el gesto de escribir, los movimientos del codo, del pulgar y de los otros dedos. La cantidad de elementos del cerebro que entran en acción escribiendo, hace posible que podamos identificar la conducta de las personas que escriben por la proyección de sus rasgos en el papel.
A través de mi experiencia en el campo de la grafopsicología, puedo garantizarte que el gesto gráfico de nuestra escritura va interrelacionado con nuestra personalidad y carácter.
La grafopsicología no es una ciencia oculta como algunos han pretendido presentar. Es una ciencia de observación basada en el conocimiento profundo del ser humano. Las distintas formas de ser le imponen a nuestra pluma ciertos determinados movimientos, traduciéndose en distintos gestos gráficos, que a través del tiempo se siguen analizando y tipificando estadísticamente por lo que podemos identificar las formas de ser de las personas a través de su escritura.
La letra sufre modificaciones a través de los años. Y también cuando se pasa de gozar de buena salud a padecer una enfermedad.
También modificamos nuestro gesto gráfico, es decir, nuestra escritura, inconscientemente ante estados anímicos distintos. Ante una mala noticia. En la euforia del éxito. O si estamos sometidos a una tensión.
Veamos a continuación diversos factores para tener en cuenta en un escrito.
La disposición general
Si la escritura está bien dispuesta en una hoja de papel, si el margen y la distancia es normal, si el primer aspecto de una página nos da una impresión de claridad, es señal de que quien la ha escrito es una persona ordenada.
En caso contrario, si el escrito muestra un margen irregular, y si el aspecto de la página es sucio y confuso, podemos deducir que el escritor es desordenado.
Intensidad
Las personas nerviosas e impulsivas no tienen una escritura tranquila. Sus letras acostumbran a ser desiguales. Las letras muy inseguras podemos asociarlas generalmente a personas muy emotivas. Las letras escritas muy juntas entre sí proyectan un carácter ahorrador, y si en su exageración corresponderían a personas ruines y mezquinas.
En cambio, la letra ancha y espaciada se asocia a personas generosas. En los casos exagerados se tiende a la ostentación, arriesgándose a caer en el ridículo por una afirmación excesiva de la personalidad.
La letra de trazo fino es sinónimo de voluntad débil, sentimental y en su extremo de persona víctima de las ilusiones que se forja.
La letra gruesa representa la energía, el tesón y las ganas de realizar.
Una letra cargada de tinta indica tendencia a lo material y a lo sensitivo. Las personas que así escriben son glotonas, sensuales y propensas a los placeres carnales.
Dirección
Las líneas ascendentes indican una ascensión del pensamiento. Pueden traducirse en cierta ambición, y felicidad. Es la escritura del hombre emprendedor y jovial. Con exageración indica presunción.
En cambio, las descendentes nos muestran cierta tristeza, posible agotamiento, temor de emprender. Denotan cierto avance al fracaso.
La escritura horizontal, nos transmite el equilibrio de ideas de la persona que la ha escrito, así como prudencia, razonamiento, equilibrio mental.
En la escritura sinuosa cabe diferenciar si la misma se aparta muy poco de la línea horizontal o bien las diferencias entre los ascensos y los descensos son notorias. Pensemos que una persona con diferencias muy sensibles indica tendencia a los desequilibrios nerviosos, no siendo recomendable para un trabajo regular y seguido.
Inclinación
Una excesiva inclinación hacia la derecha denota presunción de impulsividad y de dominio de los sentimientos sobre la razón. En cambio, si esta inclinación es moderada, indica una sensibilidad que camina con la razón.
La escritura vertical nos muestra un control de la razón sobre los sentimientos. Una verticalidad exagerada nos mostraría un carácter falto de franqueza y de imaginación.
Dimensión
La persona orgullosa tiende a ocupar más espacio del necesario. Su letra por lo tanto también tiende a crecer, aunque hay diversos matices para tener en cuenta.
Si la escritura, aunque grande, es sencilla en sus mayúsculas y en sus letras enlazadas, el orgullo no es agresivo. Se limita a ser de tipo personal. Pero si los enlaces y las mayúsculas van acompañados de rasgos de adorno más o menos inútiles y extravagantes, el orgullo tiende a imponerse a los demás, llegando a ser agresivo
Cuando la letra es más alta que ancha y sin rasgos inútiles, el orgullo puede denominarse soberbia que en justa y natural medida es conveniente. Si la altura es desproporcionada la soberbia nos puede jugar malas pasadas.
Las letra pequeñas son inherentes a las personas astutas, dotadas de cierta finura, cerradas, poco dadas al contacto externo.
Forma
Aquí diferenciaremos la escritura redonda de la angulosa. La primera es signo de cortesía; indica maneras suaves, dulzura y benevolencia. La segunda es signo de dominación y autoridad.
Detrás de una escritura muy angulosa puede esconderse un tirano, un déspota, un ser agresivo y dominador. Y también una persona cuya agresividad la ha proyectado hacia el desarrollar y el emprender.
Ligazón de las letras
La yuxtaposición de las letras, marcan el grafismo de una persona muy intuitiva. Si las letras están enlazadas trazando toda la palabra sin levantar la pluma del papel, la intuición ha sido reemplazada por la deducción. En este caso la inspiración es mínima, pero en cambio se da la observación. Una escritura yuxtapuesta podría muy bien ser la de un poeta. Una enlazada, la de un científico.
El encadenamiento de las letras y de las palabras denota un encadenamiento de las ideas.
La letra "T"
Para llegar a un estudio completo de un escrito se han de analizar el conjunto de grafismos y sacar una consecuencia resultante.
Sin embargo, hay unos signos que considerados aisladamente merecen una especial atención por las indicaciones que nos presentan.
Si el trazado de la “T” es normal pero la tilde (se llama tilde al trazo horizontal que la cruza) está ausente, e incluso si está muy ligeramente trazada, es signo de una voluntad débil y fácilmente manejable. Si faltan la mayor parte de las tildes en el conjunto de la escritura que se estudia es que la atención es débil o distraída, lo que siempre será considerado como una característica de inferioridad.
Si la tilde aparece, pero es pequeña y ligera, la voluntad es de más corta duración. Cuanto más ligera y corta sea la tilde más caprichos y vivacidad en un cambiante deseo tendrá el autor del escrito.
Si la tilde delgada está puesta por encima de la “T”, hay gran vivacidad, numerosos caprichos, una gran debilidad bajo decididos aspectos. Las ideas son absolutas, pero poco fijas.
Si la tilde está vuelta sobre sí misma y formando curva a la izquierda del trazo de la “T” denota testarudez que los obstáculos no doblegarán.
La tilde acabada en gancho también es signo de tenacidad, pero si el trazo es fino, la voluntad es inestable. Si el gancho es ascendente dicha voluntad es activa, Si lo es descendente, es pasiva.
Las tildes de la “T” puntiagudas denuncian un sentido crítico.
La tilde de la “T” corta y gruesa, si es horizontal denota una voluntad fuerte, una energía concentrada, una firmeza tranquila.
La tilde corta firme y descendente es signo de la voluntad que no cede, pero también es indicio de que no se presta a la razón.
La misma tilde, pero puesta en lo alto del palo da los mismos indicios, pero sin discusión posible. Hay un deseo de imponerse a toda costa.
GRAFOTERAPIA
Es una técnica que basada en la grafología nos permite cambiar y/o mejorar nuestro rasgos de la personalidad. Está al alcance de cuaquier persona que esté dispuesta a realizar el ejercicio de escritura correspondiente durante 21 días. A través de la variación consciente y continuada del gesto gráfico, se puede conseguir la modificación positiva del carácter y la personalidad.
Para más información dirigirse a info@manuelgiraudier.com